martes, 29 de enero de 2008

Timbal de quinoa

La quinoa no es un cereal, ni una legumbre. Es algo parecido a la espinaca, pero se come la semilla. Los Incas la comían a lo loco. Tiene creo que 8 o 10 aminoácidos esenciales, por lo que su ingesta es fantástica para quienes seguimos una dieta vegetariana. Ni hablar de lo deliciosa que es.

De este sitio saqué lo siguiente:

Quinoa:
es la semilla de la planta “chenopodium quinoa” una planta anual cultivada por los Incas en las montañas de Sudamérica. Es de la misma familia de la acelga y espinaca. Debido principalmente a que la planta es resistente a los cambios climáticos y a la falta de riego, “sus semillas” fueron alimento básico para los incas, ya que con ellas se puede reemplazar cualquier cereal, incluso el arroz. La Quinoa es consumida principalmente como un grano o molido para hacer una gran variedad de alimentos, incluyendo harina, cereales, etc. que son consumidos en casi todo el mundo. Estas semillas crecen en la punta de la planta y son muy ricas en proteínas y tienen un alto contenido de fibras y vitaminas. Las hojas verdes de la planta son utilizadas en ensaladas o cocinadas como la espinaca. Cuando se utiliza la Quinoa en harinas, generalmente se mezcla con harina de centeno ya que la Quinoa no contiene gluten.

Vamos a la receta:

Ingredientes

  • 1 taza de quinoa
  • 2 tazas de caldo de verdura
  • 1 tomate grande
  • 1 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 100 grs. de mozzarella o queso de cabra
  • Aceite de oliva
  • Orégano
  • Sal y pimienta

Utensilios

  • Placa para horno (o asadera y un pedazo de papel metalizado)
  • Wok (o sarten para saltear)
  • Moldes para el timbal (pocillo, flanera individual, lo que haya)
  • Cacerola para la quinoa
  • Colador fino

Primero y principal, hay que lavar bien la quinoa. Para esto usamos la cacerola en donde la vamos a cocinar, y un colador fino. Ponemos la quinoa en la cacerola, llenamos de agua, frotamos con las manos y colamos. Repetir unas seis o siete veces.

El caldo de verduras es mejor hácerselo uno que comprar esas porquerías que nos venden. La mayoría de las marcas, además, incluyen grasa vacuna. Hacerlo es fácil. Ponemos agua en una cacerolita, con un poco o más de lo siguiente: ajo, cebolla, morrón, acelga, apio, zanahoria, perejil, orégano, laurel. Agregamos sal, cúrcuma, comio, granos de pimienta. Dejamos hervir todo unos minutos, colamos y listo. Lo podemos usar para cualquier cosa.

¿Cómo cocinamos la quinoa entonces? Se pone en la cacerola, el doble de líquido que de cereal: dos tazas de caldo por una de quinoa. Se cocina a fuego fuerte hasta que rompe hervor, se pasa al mínimo, se tapa y se deja a fuego muy lento hasta que se consume todo el líquido (de 10 a 15 minutos).

La cebolla picada finamente junto al ajo, la salteamos en el wok, y después agregamos el tomate cortado en concasse, con orégano. Cuando se vuelta una suerte de puré, apartamos del fuego.

Acá viene la parte opcional: o armamos los timbales, o tiramos la quinoa adentro del wok, mezclamos, calentamos un poco y servimos.

Si vamos a hacer los timbales, hay que esperar a que la quinoa enfríe bien.
Aceitar el molde para timbal y llenarlo de quinoa: si ésta no está fría, al desmoldar se romperá. Presionar con una cuchara para que quede un timbal bien compacto; desmoldar sobre la placa aceitada, cubrir con el tomate un poco de queso y poner a horno para que se gratine.

martes, 22 de enero de 2008

Ensalada de zanahorias, dátiles y nueces

Bueno, esto es una pavada, pero es algo que como muy seguido porque es fresco, rico y rápido.

Ingredientes

  • 2 zanahorias
  • 4 dátiles descarozados y picados gruesamente
  • 6 nueces grandes picadas gruesamente
  • Sal a gusto
  • Aceite de oliva a gusto

Para acompañar

Rallar las zanahorias con un rallador muy fino (bueno, a mí me gusta más así) y salar. Mezclar con los dátiles y las nueces y agregar aceite. Mezclar muy bien.

Aparte, mezclar el yoghurt natural con aceite de girasol y sal a gusto; se le puede agregar un poco de agua si lo queremos más salseado.

En caso de no conseguir dátiles, viene bien con pasas de uva.

viernes, 18 de enero de 2008

Hummus

Ingredientes:

  • 1 taza de garbanzos
  • 2 cdas de tahini
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de girasol
  • Aceite de oliva
  • Jugo de limón (a gusto)
  • Sal (a gusto)
  • 1 tonelada de perejil


Los garbanzos se ponen en agua con una cucharadita de bicarbonato de sodio y se dejan por 16 horas. Se cocinan en esa agua. Ir sacándoles la espuma. Cuando ya no hace espuma, se los deja unos 10 o 15 minutos, hasta que estén blandos. Para acelerar la cocción se puede agregar un pedacito de alga kombu.

Cuando se enfríen en su misma agua, pelarlos uno por uno. Procesarlos con el resto de los ingredientes a gusto (es decir, la cantidad de aceite, sal, limón, etc., depende del gusto y consistencia que deseen lograr.

Obviamente que tanto el alga como el pelarlos, modifica su sabor, pero mucho mejor: evitan los efectos secundarios de los garbanzos (léase "gases")

Acompañar con pan árabe.

miércoles, 16 de enero de 2008

Seitan (o el poco feliz término de "carne vegetal")

Seitan quiere decir “gluten” en chino. El seitan, también ridículamente conocido como “carne vegetal”, tiene un alto contenido proteico, no produce colesterol y es súper asimilable por nuestro organismo, con muy poco desperdicio. O sea, uno se come 100 gramos de carne, y nuestro cuerpo le extrae el hierro, las proteínas, etc., y debe dejar unos 50 gramos de caca. Con el seitan, podríamos decir que el 80% es asimilado por nuestro cuerpo (estos valores son todos muy estimativos, pero por ahí andan; consulten a un nutricionista para estar seguros).


ALBERTENCIA: El seitan puede hacerse con cualquier harina, pero lo mejor es hacerlo con sémola de trigo candeal, porque su gluten es el mejor. Es probable que hayan comprado en alguna casa naturista una porción de seitan cuyo sabor y textura no haya diferido del de la suela de un zapato. Muchos lo preparan directamente con gluten procesado y agua, sin el proceso de lavado, para abaratar costos, pero esto no tiene absolutamente nada que ver con el sabor y la texttura que pueden obtenerse con este procedimiento.


El seitan es muy versátil, y podemos usarlo para preparar milanesas, empanadas, guisos, escabeches, etc.

Ingredientes:

  • 1Kg de sémola de trigo candeal
  • 1 jarra con agua
  • Muchos litros más de agua
Aparte un poco o más de algo de lo siguiente
  • Salsa de soja
  • Alga kombu
  • Jengibre
  • Pimientos morrones verdes y rojos
  • perejil
  • zanahoria
  • cúrcuma
  • cebolla
  • ajo

Utensilios:

  • Bowl grande
  • Cucharón de (preferentemente de madera) de mango corto y pala ancha
  • Olla o cacerola
  • Repasador o servilleta (opcional)

Procedimiento:

Ponemos la sémola en un bowl grande, y le echamos un chorro de agua. Empezamos a revolver con la cucharota, y a medida que toma el agua, le vamos agregando más, de a poco (si nos pasamos de agua va a ver que poner más sémola). La idea es lograr una masa firme y más bien dura. Mientras más dura, mejor.

La dejamos reposar 45 minutos / una hora.

Ahora procedemos a “enjuagarla”: llenamos el bowl con agua, y empezamos a mover la bola de masa como si laváramos un pullover. Cuando el agua está blanquísima, la tiramos y ponemos más agua. Continuamos a enjuagar, hasta que el agua sale limpia (esto nos puede llevar unos 25 minutos o más).

Aquí viene la disyuntiva: o procedemos a cocer el seitan de la forma tradicional, o podemos usarlo así, crudo, para tirarlo dentro de una cazuela o cosa así. Pero tiene que ser en el momento, no podemos guardarlo crudo en la heladera más de un día (se guarda en agua, puede ser en el mismo bowl).

Ponemos a hervir en la cacerola, unos tres litros de agua, con el alga kombu, la salsa de soja y las rodajas de jengibre y / o los demás vegetales (dependen lo que le pongan, va a ser el sabor: está bueno probar distintas combinaciones cada vez). Con el seitan podemos hacer dos cosas: o lo hacemos un chorizo y enrollamos en un repasador o lo cortamos en bolas y lo aplastamos tipo milanesa. Lo primero tarda más, lo segundo menos. Lo tiramos dentro del agua hirviendo. También podemos hacer medio chorizo y el resto en bolitas… qué sé yo. La cuestión es que esto lo dejamos hervir: las milangas, hasta que floten, y el zochori, unos 50 minutos. Y listo. Ya tenemos seitan.

Lo podemos conservar dos o tres días en heladera, o meses en el freezer. Si lo frizamos, tengamos en cuenta de empaquetarlo en pequeñas porciones, porque, si por ejemplo, congelamos el chorizo entero, cuando lo saquemos tenemos que consumirlo entero… ¿me explico?

Y listo. Si hicimos un chorizo, se puede cortar en rebanadas, pasar por harina freír, o cortar en pequeños trozos para relleno de empanadas… en fin, todo lo que se pueda hacer con carne, se puede hacer con seitan.

Si van a incorporarlo en su dieta diaria, es recomendable disminuir o eliminar el consumo de carnes, sobre todo las rojas, ya que el seitan tiene un alto contenido proteico y no queremos hiperproteneizarnos.

lunes, 14 de enero de 2008

Hoy: Yoghurt!!!! Yogur!!!! Shogur!!!!!!

Un poco de historia: Bueno, parece que los mongoles (esto no sé en dónde lo escuché, así que no aseguro que sea 100% real, pero algo de cierto seguro tiene) fueron los primeros en hacer y consumir yoghurt.
Efectivamente, los tipos transportaban leche de cabra en unas bolsas de piel (como las "botas" que usan en España para tomar vino) y en su marcha por el desierto, entre el calor y un bichito que había dentro de estas bolsas, la leche se fermentaba. Como no tenían otra cosa, la comían igual. Se dieron cuenta entonces, que iban de cuerpo todos los días... se sentían ligeros, su piel estaba más joven, ellos estaban felices... el 89% de los que probaron la experiencia "Activia" lo recomendaban. Y ni hablar de cómo su sistema inmunológico había mejorado.
En fin, hoy nos dan algo parecido, en unos vasitos plásticos, de lindos colores, y con publicidades que nos garantizan felicidad y movimiento de vientre a las señoras que los consuman, y dientes sanos y musculos fuertes a nuestros niños... pero no nos dicen lo que sí podremos saber si leemos su composición: les agregan fermentos lácticos (además de los propios del yogur, ¿cuáles?), cuajo de leche (¿por qué?), colorantes, aromatizantes, saborizantes... en fin, un montón de cosas de dudoso origen, que no sólo modifican el yoghurt si no que encima, lo encarecen.
¿Qué aporta el yogur?
Proteínas, calcio, minerales, hidratos de carbono, grasas insaturadas, vitaminas A y B, ácido fólico, reduce el colesterol, ayuda a absorver las grasas, regulariza el intestino, entre otras cosas.

Artículo interesante: http://www.cocinayhogar.com/parati/alimentos/lacteos/?pagina=parati_alimentos_lacteos_002_002

Estudio científico:
http://www.lukor.com/hogarysalud/05032307.htm

¿Qué hacemos entonces? Pues, hagamos el yoghurt en casa, y van a ver lo bueno que viene.

Ingredientes:
1 lt. de leche entera (de la mejor que encuentren, esto es, con la menor cantidad de aditivos posibles)
1 yoghurt entero natural (si no conseguimos, que es probable, se puede utilizar alguno saborizado).

Utensilios
1 olla
1 recipiente de cerámica o enlozado con tapa.
1 frazada.

Opcional
2 cdas. de leche en polvo
1 colador grande
1 servilleta fina
1 kg (o 1/2) de algo.

Procedimiento
advertencia: a mí me resulta más piola hacerlo antes de ir a dormir
Se pone a hervir la leche en la cacerola. Cuando comienza a hervir, se espera entre 30 segundos y un minuto y se apaga el fuego.
Se traspasa la leche al recipiente de cerámica
Se espera a que se enfríe un poco, teniendo en cuenta que la temperatura sea inferior a 62º pero no inferior a 58º. Una forma de aproximarse es introduciendo la yema del dedo meñique (o otro que ustedes quieran) y contar... dependiendo del dedo, hasta 10 o 15. Si podemos aguantar el dedo, ya está listo; si podemos aguantar más de 15, mejor hagamos un buen chocolate caliente porque el yoghurt no quedará, y si no llegamos ni a diez, esperamos un poco porque nos va a quedar muy ácido.
Bueno, suponiendo que la leche alcanzó la temperatura (unos 15 minutos, aproximadamente), agregamos unas cuatro cucharadas de este yoghurt que compramos. Si queremos un yoghurt un poco más espeso, se pueden agregar dos cucharadas de leche en polvo. Revolvemos bien hasta que se disuelva, tapamos el recipiente, lo envolvemos en la frazada y lo ponemos en un lugar cálido toda la noche (p. ej., arriba de la heladera o cerca de una estúfa u calefactor al mínimo si estamos en invierno, o en cualquier lugar alto si es verano).
Al otro día, nos levantamos temprano (dejamos pasar unas 7 horas) y lo pasamos a la heladera.
Pasadas unas 5 o 6 horas de heladera, está listo para consumir.
Acá viene otra parte muy interesante, que es opcional: se dispone una servilleta de tela fina sobre un colador, se pasa el yoghurt ahí, se cierra la servilleta y se deposita un peso encima: generalmente uso una lata de choclo o arvejas sobre un plato.
Se lo deja reposar un cuarenta minutos o 15, o una hora o dos, dependiendo del grado de cremosidad que querramos conseguir.
Mientras más tiempo lo dejamos, más se reduce, pero más firme queda (ideal para acompañar comidas, o batir a cuchara con dulce de leche).
Y bueno, una vez colado, pueden separar en el pote de yoghurt que compraron, unas cuatro cucharadas y guardar a parte, para volver a hacer dentro de unos días. Con varias veces que vayamos haciendo, el yoghurt quedará más rico y más sano, y se irá desprendiendo de a poco de los agregados químicos que se filtraron en el orignal. Igualmente pueden probar de combinar distintos yogures con el suyo, por ejemplo, uno de una marca, que tiene los l cassei defensis, después otro de otra marca, y así, tendrán un montón de bichos locos en su yoghurt que dejarán su intestinos locos de alegría, y mejorarán su sistema inmunológico.

viernes, 11 de enero de 2008

Bienvenidos

La existencia de este blog tuvo como catalizador el viaje que hicimos con mi chica por las sierras de Córdoba, y la forma en que tuvimos que alimentarnos.
Está orientado a mostrar formas sanas de preparar los alimentos, que he ido aprendiendo en los últimos años. Digamos que no hay ninguna novedad, muchas recetas pueden ser encontradas en varios lugares, pero bueno, la idea es generar una conciencia de la alimentación como combustible de un cuerpo sano: las enfermedades, en la mayoría de los casos, son provocadas por una mala alimentación, ergo, una buena alimentación nos puede ayudar a estar sanos.
Lo bueno de estas recetas es que están "testeadas", es decir, no copio y pego recetas de cualquier lado, sino que son recetas que yo hago con regularidad y sé que funcionan en cuanto a proporciones, sabores, etc.
También puede que cuelgue recetas no muy sanas, pero deliciosas al fin.